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Notas de interes

DR. RENÉ G. FAVALORO

8/7/2020

“A esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.

 

¿Cómo se puede definir con justicia a una personalidad como el Dr. René Favaloro, héroe, abnegado profesional, patriota virtuoso o simplemente como a un ejemplo de ser humano?. Gracias a él y a otros pocos como él, los argentinos podemos decir que también aquí tenemos quienes saben guardar valores, luchar por ideales, demostrar con hechos el amor a la nacionalidad, soñar con la justicia, el progreso y el bienestar de la Nación y sus habitantes, basados en el esfuerzo cotidiano y la honestidad como  bien  no negociable.

 

Desde su asombrosa tarea como médico rural en la localidad pampeana de Jacinto Arauz, Favaloro, cada tanto volvía a La Plata para actualizar sus conocimientos, renacía en él la pasión por la cirugía torácica, siguiendo con interés las últimas publicaciones médicas, a la vez que iba dándole forma a la idea de terminar con su práctica de médico rural y viajar a los Estados Unidos para hacer una especialización. Quería participar de la revolución y no ser un mero espectador. En uno de sus viajes a La Plata le manifestó ese deseo al Profesor Mainetti, quien le aconsejó que el lugar indicado era la Cleveland Clinic de Ohio.

 

Trabajó primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía en colaboración con los médicos titulares del Instituto. Al principio la mayor parte de su trabajo se relacionaba con la enfermedad valvular y congénita. Pero su búsqueda del saber lo llevó por otros caminos. Todos los días apenas terminaba su labor en la sala de cirugía, Favaloro pasaba horas y horas revisando cinecoronarioangiografías  y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco. El laboratorio de Sones, padre de la arteriografía coronaria, tenía la colección más importante de cineangiografías de los Estados Unidos.

 

A principios de 1967, Favaloro comenzó a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica llamada del bypass o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria. Hoy en día se realizan entre 600.000 y 700.000 cirugías de ese tipo por año solamente en los Estados Unidos.

 

El profundo amor por su patria hizo que Favaloro decidiera regresar a la Argentina, después de una década de permanencia en los Estados Unidos, con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la atención médica, la investigación y la educación, tal como lo dijo en su carta de renuncia a Effler. Con ese objetivo creó la Fundación Favaloro en 1975 junto con otros colaboradores y afianzó la labor que venía desarrollando desde su regreso al país. En la actualidad la investigación abarca más de treinta campos en los que trabajan profesionales de distintas disciplinas: medicina, biología, veterinaria, matemática, ingeniería, etc. en colaboración con los centros científicos más importantes de Europa y Estados Unidos. Se publicaron más de ciento cincuenta trabajos en revistas especializadas con arbitraje internacional.

 

Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4 y honorario de 43. Recibió innumerables distinciones de Academias, Sociedades, Fundaciones y Universidades internacionales. Muy lamentablemente sus peores días de abandono e incomprensión los vivió en su propio país. En sus últimos años de vida nadie tuvo en cuenta los difíciles momentos por los que estaba atravesando, la falta de respuestas a sus reclamos por parte del Estado, resaltando que se sentía un mendigo en su patria, contando las penurias económicas por las que atravesaba la fundación. Sus palabras nunca tuvieron eco. De su obra “Recuerdos de un médico rural” a propósito, es oportuno rescatar sus dichos: “Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes (Si resurgiera San Martín caparía a lo paisano varias generaciones de mandantes)”

 

 “Querido Doctor Favaloro;

 

Un sentido homenaje a tu memoria, tu ejemplo consolida nuestros principios y fortalece la esperanza de mujeres y hombres que compartimos tus valores, en la ilusión que tu pérdida, algún día, cambiará los destinos del país que tanto amaras”

 

AK