Se nos fue el GRAN MAESTRO, inesperadamente el viernes 14 de mayo tuvimos la triste noticia del fallecimiento de quien fuera el máximo exponente de la música de la Comunidad Armenia de la República Argentina. Su obra, con énfasis en el canto y la música armenia, supo también eludir las fronteras, erigiéndose como uno de los más destacados valores en el plano de la cultura musical del país.

 

El sábado 15, un reducido grupo de fieles ex - miembros y amigos de su mágico y fascinante Coro Arax, producto exclusivo de su labor y sapiencia, formada como entidad, distinguido representante y por siempre orgullo cultural de la armenidad. Velamos sus restos en la Catedral San Gregorio El Iluminador donde el Arzobispo Kissag Mouradian y el Padre Mesrop realizaron la ceremonia religiosa, para más tarde, ser trasladado al Cementerio Británico de Buenos Aires, donde descansará de aquí en más.

 

Compartimos naturalmente el dolor de Nvart Pambukian, su compañera de vida, al tiempo de recordar las décadas del trabajo coral junto al Maestro, sumergiéndonos con pasión en las raíces del canto armenio, viviendo en cada ensayo la cercanía de nuestro pueblo, nuestra historia y nuestra tierra, luego coronados por conciertos maravillosos que compensaban en emotividad al exigente trabajo de preparación, materializados bajo su impecable dirección, trasladándonos sutilmente a un espacio muy difícil de explicar e imposible de olvidar.

 

Sabemos que la muerte es parte indivisible de la vida, en su transcurso, Almouhian desplegó patriotismo ejemplar, virtuoso en el terreno musical y los valores humanos, coronado por una humildad infranqueable que lo ubica en el altar de los grandes hombres que serán por siempre recordados.

 

A. K.